viernes, 12 de febrero de 2016

Juegos Cooperativos

Una vez finalizada la semana en la que hemos trabajado los juegos cooperativos, será muy enriquecedor para todas y todos que comentéis y aportéis información sobre las sesiones realizadas, así como introducir otras posibles ideas, modificaciones, dinámicas… que posibilitarían un aprendizaje cooperativo.


A continuación os dejo algunas fuentes de información sobre aprendizaje y juegos cooperativos que pueden ayudar a comprender mejor la utilidad y finalidad de este tipo de sesiones.



En los años 90, Terry Orlick introduce los juegos cooperativos en el panorama pedagógico con su obra "Libres para cooperar, libres para crear". Se trata de un recorrido por juegos de diferentes culturas en los que ilustra lo que entonces se consideraba como una alternativa a los juegos caracterizados por una lógica de enfrentamiento. Desde entonces, un número creciente de colectivos y profesionales (como la Peonza) han visto los juegos cooperativos como una alternativa para aprender a jugar con y no contra los otrosUna alternativa interesante, aunque quizá a veces sobrealimentada y sobrevalorada. La pregunta sería: ¿jugar a juegos cooperativos implica aprender a cooperar?

El libro "Aprendizaje cooperativo en Educación Física: Fundamentos y aplicaciones prácticas", coordinado por Carlos Velázquez, explica exactamente qué es el aprendizaje cooperativo y cuáles son sus componentes esenciales para poder aplicarlo en la asignatura de Educación Física. Se analizan problemas iniciales que pueden surgir, se generan propuestas y se proponen estructuras de aprendizaje cooperativo, en las que se encuentra la dinámica desarrollada en la segunda sesión práctica (piensa-comparte-actúa).


Los juegos planteados durante las clases se han planteado con la intención de mostrar las posibilidades (y limitaciones) que tienen los juegos cooperativos para enseñar a cooperar.
  • Nos comunicamos siempre y de diversas formas.
  • Hacer posible lo imposible.
  • Hago falta, cuento, soy necesario/a.
  • Pongo cuidado y atención por el compañero/a.
  • Planeamos formas de (intentar) hacerlo.
  • Atiendo, analizo, escucho (si no sé), propongo (si creo que sé).
  • Insisto (hasta cierto punto) más que desisto (a la primera).
  • Confío y proporciono confianza.
  • Siento alegría cuando lo logramos.
  • Siento una (leve y reversible) decepción cuando fracasamos
  • ...
¿Os habéis sentido identificados con alguno de los puntos anteriores?

    Otro de los objetivos en las sesiones ha sido plantear y desarrollar los juegos cooperativos en relación con algunos principios de procedimiento.
    • Aceptar un reto compartido. Objetivo común a conseguir mediante de la participación conjunta y coordinada.
    • Desarrollar la interdependencia: contribución de todas/os y cada una/o de los participantes.
    • Fomentar la no exclusión/eliminación
    • El desarrollo de habilidades sociales, motrices y cognitivas.
    ¿Qué ha ocurrido realmente?

    Muchas cosas se han comentado durante la reflexión final de las clases prácticas: mejoras que deberían tenerse en cuenta según el contexto en el que aplican este tipo de juegos o dinámicas, modificaciones que dificultan/facilitan los juegos o retos, ... ¿se os ocurre algo más?


    23 comentarios:

    1. Lluís Igual Garcia

      Una vez finalizadas las dos sesiones de juegos cooperativos, he podido extraer ideas de ellas. A continuación, trataré de analizarlas, especialmente las que se derivaron de la primera sesión.

      Todos los ejercicios consistían en juegos de cooperación, por tanto el éxito en cada unos de ellos se basaba en una adecuada comunicación entre sus componentes.

      Se ha podido observar como ésta comunicación y su consiguiente cooperación se veía dificultada cuando mayor era el número de componentes de cada juego. Un claro ejemplo de esto ha sido el juego de la cadena, en el que cuando se incrementaba el número de perseguidores era más difícil conseguir el fin de pillar. Así mismo, los primeros juegos basados en formar letras con nuestros cuerpos y reducir el número de apoyos cada 3 personas, resultaban más sencillos al tratarse de grupos muy reducidos.

      El juego de deshacer los nudos de las manos es otro ejemplo de que el número de ejecutantes en un juego de cooperación influye directamente en su buen resultado, ya que en algunos grupos han logrado el fin de separarse, mientras que en otros han tenido que dividir el grupo en dos para que pudieran lograrlo.

      La comunicación ha resultado vital en el juego de los bancos, en el que debían ordenarse en función de la edad y altura. En éste ejercicio se ha añadido otra dificultad a dicha comunicación: no podían hablar.

      El juego del gusano reflectaba claramente que los que se comunicaban lograban más éxito en la tarea. Esto se ha visto reflejado en el hecho de que ha habido 3 grupos claramente diferenciados: uno que avanzaba considerablemente aunque con algunos apuros; otro que en cambio iban más rápido y se tocaban unos a otros, debido a la falta de comunicación; y un tercero en el que no había nada de comunicación.

      De todas formas, se puede asegurar que hay una noción que hay que tener presente en ejercicios de cooperación, y es que cuando se cuando uno se preocupa más por sí mismo que por el resto no se consigue un buen resultado. Muestra de ello ha sido el juego de mantenerse dentro de los aros por grupos, en el que han empezado cada uno mirando por su propio bién, y no solo no han logrado el éxito individual sin tampoco el grupal

      En conclusión, la comunicación, expresada de diferentes formas como la verbal o la táctil, es el elemento más importante en los juegos de cooperación, y es posible aumentar o reducir la dificultad de estos juegos precisamente reduciendo dicha comunicación, o variando elementos del juego como el número de participantes.

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    3. “El juego es una estrategia metodológica optima que facilita el trabajo con el alumno, ya que parte del interés de este y representa en sí mismo una motivación para él. Permite además que los alumnos interactúen de manera estructurada, pero con un amplio espectro de desempeños individuales. A la vez, es gratificante por el simple hecho de participar en él.” (Montes, M. & Castro, M.A., 2002)
      He querido colocar el concepto anterior de juego pese a que este incluye el componente de espontaneidad debido a que dentro del campo de la docencia debe seguir el curriculum escolar. Como consecuencia, estos deben ser programados con anterioridad a su desarrollo.
      Así pues, en relación con la cita anterior y la práctica de juegos cooperativos cabe destacar por mi parte su situación dentro del programa de la clase. Ya que al haberse desarrollado en la segunda sesión práctica hace de nexo entre los juegos de bienvenida y el resto de sesiones. Esto se debe a que de igual forma que los juegos de bienvenida, los juegos cooperativos también sirven para conocerse entre los compañeros. Adentrándonos en el campo de la docencia debemos aprovechar el mayor componente lúdico grupal que se pueda desarrollar en la educación física, en comparación con otras asignaturas, para crear una mayor implicación grupal que ira en beneficio común.
      Por último, con respecto a los juegos desarrollados en la práctica en relación con los tipos de juegos cooperativos podemos ver cómo en su mayoría han sido de cooperación intragrupal a los cuales les hemos otorgado el componente competitivo entre los grupos. En ocasiones, esto ha derivado en otorgar mayor importancia a la victoria que al propio hecho de colaborar entre todos para conseguir el éxito colectivo perjudicando el objetivo primordial propuesto por la profesora.

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    4. Buenos días,

      Como hemos podido aprender esta semana, los juegos cooperativos se distinguen de los juegos de competición y de otras actividades deportivas ya que la finalidad de los juegos cooperativos es lograr un objetivo grupal que podrá ser alcanzado gracias a las interacciones de todos sus miembros. Así, los juegos cooperativos se caracterizarán porque todos sus componentes jugarán con los demás, independientemente que pertenezcan a distintos grupos, y no contra ellos. Al mismo tiempo jugarán para superar los retos y alcanzar objetivos, y no compitiendo con el resto. Así, se logrará una participación colectiva. Esta será necesaria, puesto que los objetivos serán colectivos. Con todo ello se creará un clima de empatía, ayuda, comunicación, cooperación y no exclusión.

      Adentrándonos en nuestra experiencia semanal, pudimos experimentar estos juegos en dos sesiones. La primera estuvo caracterizada al principio por la participación de todo el grupo en un mismo juego (el juego de la cadena). Mediante este juego pudimos ver que a medida que la cadena se hacia más grande, el objetivo (que era fomentar la cooperación) estaba en detrimento, pues la comunicación entre todos los componentes para conseguir un objetivo (pillar a una persona) se veía dificultada. Sin embargo, puesto que la cadena era más grande, el hecho de pillar a las personas se veía favorecido. Por eso pienso que, puesto que el objetivo era fomentar la cooperación una alternativa habría podido ser partir las cadenas al llegar a 4 componentes, dejándolas de dos en dos y siguiendo con la misma dinámica.

      Otros de los juegos de esta sesión consistió en formar tres grupos, y conseguir el objetivo de desplazarse siguiendo unas pautas concretas. Para ello había que pensar previamente la forma de desplazarse que respetara las pautas, echando mano así de la astucia. Así podíamos ver la importancia de la comunicación, sin embargo, al ser los grupos tan numerosos, el objetivo de cooperación muchas veces no se lograba, puesto que muchas personas se dejaban guiar por otras y no participaban activamente en la comunicación, y así en la cooperación. Por tanto, tomando ejemplo de este juego aunque podría ser de otro realizado en la misma sesión, el hecho de jugar a juegos cooperativos no implica cooperar, debido a que al ser grupos muy amplios muchas personas no participan en la toma de decisiones, simplemente se dejan llevar, o al menos esa fue mi sensación.

      Por otro lado, la segunda sesión fue distinta. Ésta consistía en formas grupos de 4-5 personas e intentar superar los retos planteados en la sesión, de forma individual cada grupo y sin competir con el resto de grupos a la hora de ver quién realizaba más retos, quién los lograba con más facilidad... Aquí la importancia estaba en la cooperación de los individuos para lograr cada objetivo, como conseguirlo, escuchar todas las propuestas e intentarlas llevarlas a cabo. Al ser grupos más reducidos, mi percepción es que aquí sí que realmente la cooperación entre integrantes estaba más presente que en la anterior sesión, puesto que la participación activa de cada individuo era imprescindible. Además, cada miembro del equipo tenía un rol que representar (uno era el lector, otro el controlador del tiempo, el secretario...) así, todos mantenían una participación y relevancia. Con todo ello en esta última sesión, como hemos comentado anteriormente, pudimos ver comunicación entre todo el grupo, el sentimiento de ser útil en el grupo en cuestión, la confianza, competencia, poder proponer y aconsejar, y una de las cosas más importantes, la satisfacción de lograr los retos planteados.

      Eva Román Leal.

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    5. Una vez acabada esta semana e juegos cooperativos, personalmente me doy cuenta de las diferentes posibilidades de juegos que se pueden hacer y lo que un grupo de gente puede hacer que un juego sea más fácil o más difícil.

      En primer lugar con respecto a la pregunta “¿Jugar a juegos cooperativos implica aprender a cooperar? Según el libro que ha puesto Elena en el blog, e indagando un poco en él podemos observar que los juegos cooperativos sí que implicar a aprender a cooperar, los juegos cooperativos enseñan a las personas a tener que respetarse unos con otros, a ver que necesitan de la ayuda de los demás para poder sacar el juego (el objetivo/reto) hacia delante y para ello se necesita de un apoyo mutuo, así aprender a trabajar en lo mejor para todo el grupo y no hay discriminaciones entre los componentes. Por tanto SI que implican aprender a cooperar los juegos cooperativos, pero esto se observa a la larga no solo en una sesión y se han de hacer reflexiones no dejarlo en el juego y ya está.
      A lo largo de esta semana, jugando el martes y el viernes sí que me he sentido identificada con alguno de los puntos de posibilidades y limitaciones que muestran estos juegos, pero como yo seguramente más compañeros míos. Por ejemplo el martes en el juego de los bancos vimos que hay diferentes formas de comunicarnos no solamente existe la verbal y ahí aparece la dificultad del juego porque estamos acostumbrados a hablar pero no sabemos cómo comunicarnos y que la comunicación es la clave más importante. El viernes en los juegos de (piensa-comparte-actúa) se pueden ver otras como es la alegría al lograr el reto/la tarea, porque ves que entre todos se puede hacer porque ves que todos los componentes son importantes y necesarios para cumplir los objetivos, ves que el esfuerzo de insistir y probar vale la pena, y cuando no salía el ejercicio te puedes ofuscar un poco pero cada miembro del grupo aporta una motivación diferente para poder acabar con existo o ir a otro y luego volverlo a intentar.
      En definitiva, los juegos de cooperación son esenciales para todo tipo de personas sin tener en cuenta la edad, para una buena cooperación es necesaria la comunicación, la valoración de los miembros, el respeto, la escucha. Y sabemos cómo poder dificultar este tipo de juegos (reduciendo el número de miembros, reduciendo espacios, haciendo más difíciles las tareas, etc…)

      Raquel Dolz Cardona

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    6. Una vez acabada esta semana e juegos cooperativos, personalmente me doy cuenta de las diferentes posibilidades de juegos que se pueden hacer y lo que un grupo de gente puede hacer que un juego sea más fácil o más difícil.

      En primer lugar con respecto a la pregunta “¿Jugar a juegos cooperativos implica aprender a cooperar? Según el libro que ha puesto Elena en el blog, e indagando un poco en él podemos observar que los juegos cooperativos sí que implicar a aprender a cooperar, los juegos cooperativos enseñan a las personas a tener que respetarse unos con otros, a ver que necesitan de la ayuda de los demás para poder sacar el juego (el objetivo/reto) hacia delante y para ello se necesita de un apoyo mutuo, así aprender a trabajar en lo mejor para todo el grupo y no hay discriminaciones entre los componentes. Por tanto SI que implican aprender a cooperar los juegos cooperativos, pero esto se observa a la larga no solo en una sesión y se han de hacer reflexiones no dejarlo en el juego y ya está.
      A lo largo de esta semana, jugando el martes y el viernes sí que me he sentido identificada con alguno de los puntos de posibilidades y limitaciones que muestran estos juegos, pero como yo seguramente más compañeros míos. Por ejemplo el martes en el juego de los bancos vimos que hay diferentes formas de comunicarnos no solamente existe la verbal y ahí aparece la dificultad del juego porque estamos acostumbrados a hablar pero no sabemos cómo comunicarnos y que la comunicación es la clave más importante. El viernes en los juegos de (piensa-comparte-actúa) se pueden ver otras como es la alegría al lograr el reto/la tarea, porque ves que entre todos se puede hacer porque ves que todos los componentes son importantes y necesarios para cumplir los objetivos, ves que el esfuerzo de insistir y probar vale la pena, y cuando no salía el ejercicio te puedes ofuscar un poco pero cada miembro del grupo aporta una motivación diferente para poder acabar con existo o ir a otro y luego volverlo a intentar.
      En definitiva, los juegos de cooperación son esenciales para todo tipo de personas sin tener en cuenta la edad, para una buena cooperación es necesaria la comunicación, la valoración de los miembros, el respeto, la escucha. Y sabemos cómo poder dificultar este tipo de juegos (reduciendo el número de miembros, reduciendo espacios, haciendo más difíciles las tareas, etc…)

      Raquel Dolz Cardona

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    7. Hola a todos/as.

      Esta semana hemos trabajado los juegos cooperativos, los cuales deberían ser una parte fundamental de la iniciación deportiva de los niños/as, y los hemos trabajado de diferentes maneras, con grupos de personas más amplios, como es el caso del juego de cruzarse las manos y después formar un círculo, y con grupos de personas más reducidos, siempre con el objetivo de fomentar y fortalecer la interdependencia, cohesión y trabajo en equipo de todos los miembros de cada uno de los grupos.

      Relacionado con esto, me parece necesario señalar que los juegos cooperativos pueden ser una forma perfecta de cohesionar y fomentar relaciones personales más cercanas y unidas entre grupos de personas con relaciones personales más distantes. Por ejemplo, podrían ser aplicados en el contexto de una clase de primaria o secundaria formada por alumnos/as con relaciones distantes causadas por la distinta procedencia en cuanto a centros educativos anteriores de cada uno de ellos/as. Podrían ser aplicados en la primera clase de Educación Física de un nuevo curso para fomentar la confianza y cercanía entre los miembros de la clase. Así, se podrían evitar posibles futuras riñas entre los alumnos.

      En lo referente al número de grupos y las personas que los forman, hemos podido ver durante las clases prácticas que la cooperación resultaba ser mucho más sencilla en las actividades ejecutadas con mayor número de grupos y con un número de personas más reducidas. Esto es debido a que cuanto más pequeño sea el número de personas que forman un grupo, más sencillo será que logren entenderse y adecuar sus comportamientos y actitudes a los requeridos por el grupo. Ejemplos claros sobre lo que acabo de añadir serían el juego de entrecruzar las manos, de mayor dificultad de cooperación al haber bastantes personas en el grupo, y el juego de seguir el recorrido de los aros con tan sólo dos apoyos de pies en cada aro, mucho más fácil de ejecutar que el ejemplo anterior debido a la reducción del número de personas en el grupo.

      Otra cosa destacable que me gustaría añadir es que con la realización de este tipo de juegos, los sentimientos que se producen tras las ejecuciones son mutuos entre los miembros del grupo. Si se consigue el objetivo es gracias a todos/as, y si se fracasa en el intento no es culpa de una sola persona, sino de todo el grupo. Esto puede ayudar al fomento del apoyo y ánimo mutuo entre los compañeros/as del grupo y también puede hacer que los miembros del grupo vean lo importante que es la comunicación entre ellos/as.

      Además de lo anterior, los juegos cooperativos ayudan a mejorar la capacidad cognitiva de los alumnos/as y, sobre todo, mejoran su futura adaptación a la vida en sociedad, la resolución y gestión de conflictos, ayudan a comprender a los/las demás y a ver a las demás personas como seres complementarios.

      Finalmente, en cuanto a las clases llevadas a cabo, creo que algunas de las actividades realizadas deberían haber sido más dinámicas, ya que el carácter estático de algunas de ellas provocaban un ligero aburrimiento de algunos/as de los alumnos/as.

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    8. ¡Buenas tardes!

      Continuando con los juegos cooperativos comenzados en la primera semana del curso, durante las sesiones prácticas de los días 9 y 12 de Febrero se trató la adquisición de un aprendizaje cooperativo como resultado de la práctica de dichos juegos.

      Como sabemos, los juegos cooperativos se basan en la comunicación, la coordinación y la cooperación entre los/as miembros del grupo para conseguir un fin común. En su desarrollo no existe oposición entre las acciones de los/as participantes, no se va a competir ni entre los/as compañeros/as de un mismo grupo ni entre los distintos grupos y no va a haber una limitación de tiempo para conseguir desempeñar cada actividad. Estos juegos van a facilitar un aprendizaje cooperativo en tanto en cuanto el grupo comparte un objetivo y responde para ese fin común; cada persona es responsable de sus acciones y de las actuaciones del grupo en conjunto, y para conseguir alcanzar ese objetivo se va a necesitar la implicación y colaboración de todos/as los/as integrantes del grupo. Sin embargo, la pregunta que nos planteamos esta semana es si jugar a juegos cooperativos implica aprender a cooperar. Considero que no todos los juegos cooperativos van a fomentar un aprendizaje cooperativo pues en el momento en que alguno/a de los componentes del grupo no participa en la actividad, se siente excluido o no se tienen en cuenta sus opiniones y aportaciones, no estará adquiriendo ese aprendizaje buscado al comienzo de la actividad propuesta. Por tanto, un juego puede ser cooperativo porque las personas que componen un grupo colaboran para alcanzar un mismo objetivo pero no tiene por qué significar un aprendizaje cooperativo, ya que se puede conseguir esa meta sin la participación de todos/as los/as integrantes. Además nos planteamos una segunda cuestión: cuando dentro de un equipo un/a participante busca realizar una acción antes o mejor que sus compañeros/as, ¿estamos hablando de actividades cooperativas? En mi opinión no se trataría de una actividad cooperativa, puesto que una persona estaría buscando su propio rendimiento personal y no a nivel grupal fomentando la rivalidad entre sus propios/as compañeros/as al querer conseguir el objetivo del grupo a nivel individual sin el grupo; se trataría de una persona orientada al ego y no a la tarea.

      La primera clase práctica de la semana estuvo compuesta por una serie de juegos cooperativos, como bien han comentado mis compañeros/as, que sin embargo no todos consiguieron fomentar un aprendizaje cooperativo en el alumnado. Por ejemplo, en el juego del gusano: había personas que simplemente actuaban en base a lo que sus compañeros/as les decían que tenían que hacer para avanzar y alcanzar el objetivo del juego sin que se tuviera en cuenta su opinión sobre otras alternativas de desplazamiento, o incluso se comenzaba a avanzar sin que algunas personas supieran lo que se había decidido hacer. Esto generó problemas en relación a la comunicación y coordinación del grupo que impidieron poder terminar la actividad. Estas personas no adquirieron un aprendizaje cooperativo aunque fueran participantes de un juego cooperativo.

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      Respuestas
      1. Los juegos llevados a cabo durante la segunda sesión, “Piensa, comparte y actúa”, sí facilitaron en mayor medida un aprendizaje cooperativo partiendo del número de personas que formaban el grupo (5 ó 6), significativamente inferior que en la clase anterior. En cada una de las estaciones por las que los distintos grupos teníamos que pasar, se requería de una implicación íntegra de todos/as los/as miembros del grupo para poder superar las diferentes actividades. Se escuchaban las diferentes aportaciones propuestas por cada compañero/a y se llegaba a un acuerdo común para conseguir realizar la actividad de la mejor manera posible. En el momento en que una persona no colaboraba con el resto de su grupo, no se podía llevar a cabo el juego. Además, las reflexiones personales conjuntas de cada grupo tras la realización de cada actividad permitían una mayor comunicación y relación entre los/as integrantes. Cada miembro representaba un rol (moderador/a, lector/a, animador/a, controlador/a del tiempo y secretario/a) y todos/as teníamos una función dentro del equipo. Como variación al juego del circuito con aros, “Sólo dos pies”, quitaremos aros en función del número de integrantes, de manera que al recorrer el círculo dos personas tengan que pasar por el mismo aro, con el fin de incrementar la dificultad cognitiva y promover la aportación de ideas por parte de cada miembro del grupo hasta dar con la solución que en mayor medida se adapte al problema presentado.

        Los juegos cooperativos que fomentan un aprendizaje cooperativo para todas las personas que componen un grupo son muy recomendables para niños y niñas como alumnos/as de la escuela, así como para aquéllos/as pertenecientes a un equipo deportivo. Propongo un juego cooperativo que es una variación del tradicional juego de las sillas. Partiendo de la base de que tras cada ronda se quita una silla y resultan más personas que sillas, el objetivo será que nadie puede quedarse sin sentar, por lo que tendrán que colocarse unos/as encima de otros/as para ganar como equipo y no a nivel individual. Tendrán que comunicarse, coordinarse y cooperar para conseguir estar todos/as sentados/as y lograr el fin común de los/as participantes. Esta actividad generará sentimientos de empatía, confianza y diversión durante su desarrollo y sentimientos de satisfacción y alegría tras su finalización.

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    9. Hola buenas noches a todos.

      Tras finalizar esta semana en la que hemos trabajado los juegos cooperativos me gustaría hacer una reflexión sobre el tema y lo que ha ocurrido en clase, antes de comenzar nueva semana y por tanto nuevos temas.

      En estas clases se han trabajado juegos y retos donde para conseguirlos era necesario trabajar en grupo. Este trabajo conllevaba una coordinación, una comunicación, un compañerismo, un objetivo común, y más cosas que habrán nombrado mis compañeros, entre los miembros del grupo.

      En estas sesiones no valía el decir me hecho el grupo a la espalda y como soy al que mejor se le da una actividad pues la hago yo por todos mis compañeros y arreglado. No, esto no valía. En este conjunto de actividades lo que se trataba era de conseguir unir lazos entre todos los miembros del grupo para que unidos y cooperando los unos con los otros se pudieran conseguir los diferentes juegos y retos propuestos por el profesorado.

      Pienso que fomentando juegos y retos como estos para tratar el tema de la cooperación en el grupo, se consigue una unión y una estabilidad mucho más fuerte del grupo. Esto puede ser fundamental para conseguir multitud de actividades, desde para conseguir que todos los alumnos de una clase se lleven bien los unos con los otros y haya buen rollo, hasta que en un equipo deportivo se consiga una unión en el vestuario y el sentimiento de ir todos a una para tratar de conseguir los retos que tienen que afrontar.

      Para finalizar quiero dar mi opinión de cómo me he sentido en clase durante esta semana en la que se han realizado esta serie de actividades. Para mí la realización de estas actividades al principio del cuatrimestre ha sido una muy buena idea porque pienso que la cooperación y el compañerismo tiene que ser la base de cualquier clase para que luego esta clase se fije objetivos más a largo plazo. Me he sentido muy contento y satisfecho ya que he visto que se conseguían cada uno de los retos y que existía un muy buen clima de trabajo dentro del grupo, donde nos tratábamos de ayudar los unos a los otros y donde en ningún momento nadie era más que nadie, todos poníamos nuestras ideas y nuestro granito de arena para que la actividad saliera adelante. Es decir, conseguíamos el objetivo que ha buscado el equipo docente con esta actividad, la cooperación.

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    10. Como bien hemos podido comprender nosotros mismos tras las experiencias vividas en clase, la base de los juegos cooperativos ha sido la comunicación, que permitía compartir información entre los miembros del grupo para después llegar a un acuerdo y actuar según la manera que creemos más correcta. Además de esta, es igual de importante la coordinación intragrupal, ya que todos debíamos ir al mismo son para lograr el objetivo establecido (podemos verlo en la cadena cuando todos íbamos a pillar a un compañero en concreto o en la sesión piensa-comparte-actúa, cuando para desplazarnos en los aros sin apoyar los pies en el mismo debíamos dar todos un salto simultáneo para avanzar). Por otra parte, y dando nombre a estos juegos encontramos la cooperación, la cual ha estado muy presente en las dos sesiones ya que era lo que se buscaba. Para ello, el alumnado debía ser consciente de que importaba más el trabajo en grupo que intentar solucionar cada uno el ejercicio por su cuenta. Como se nos repitió varias veces en clase, no competíamos contra nadie más que no fuéramos nosotros mismos, donde el objetivo era conseguir resolver el juego sin importar el tiempo utilizado para lograrlo.

      Pese a no ser el objetivo que se pretende alcanzar cuando se proponen los juegos cooperativos (de hecho, se busca todo lo contario), podemos encontrarnos frente algunos alumnos/as que no lleven bien aquello de trabajar en grupo y en colaboración con otras personas, creyendo que la única opción correcta es la suya. Si la situación fuera tal y el alumno/a no quiere ayudar ni participar junto al resto y no se considera parte del grupo, el resultado sería un no aprendizaje de la cooperación que se busca en un principio. Sin embargo, si consideramos que se cumplen las características nombradas anteriormente (comunicación, cooperación y coordinación) el juego alcanzará su fin y estaremos frente a un juego cooperativo como los que hemos llevado a cabo en las prácticas.

      Teniendo en cuenta esto último, cuando los participantes se involucran al máximo en los juegos y valoran la importancia de cada uno de sus compañeros de grupo, los resultados son muy gratificantes. Se reflejará la confianza y la responsabilidad de grupo, pues “si uno falla fallamos todos”, además del sentimiento de esencialidad ya que cada uno de los miembros son importantes en la consecución del objetivo. Sigue siendo igual de relevante la capacidad de compartir ideas y elegir finalmente la mejor opción, así como la comunicación y respetar la participación de nuestros compañeros. Todo lo nombrado apoya los comentarios de las entradas anteriores que se han escrito y se basa en lo que hemos podido sentir cada uno de nosotros mismos en la realización de las prácticas en clase.

      Finalmente, añadiré que seguramente la mayoría estarán de acuerdo en que al alcanzar la propuesta nos hemos sentido satisfechos, quizá más que si lo hubiéramos hecho solos, pues un éxito compartido siempre es mejor.

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    11. Buenas tardes.
      Intentaré ser lo más conciso posible en esta entrada puesto que los temas son muy interesantes y es posible que me extienda en demasía:

      ¿jugar a juegos cooperativos implica aprender a cooperar?
      Aunque opino que preguntas tan abiertas como esta pueden dar lugar a confusión, como ya nos ocurrió en la segunda práctica con: “¿Se juega a muchas cosas o a la misma cosa de formas diferentes?”, intentaré aportar mi punto de vista en algunas de las perspectivas desde las cuales se puede enfocar esta cuestión:

      Lo principal sería definir “aprendizaje”, según la Real Academia Española, dicho término es polisémico, dos de sus significados más imporantes son:
      -“1. M. Acción y efecto de aprender algún arte, oficio u otra cosa.” Definición que habría que apoyar con la de “aprender”: “1.tr. Adquirir el conocimiento de algo por medio del estudio o de la experiencia.”.
      -3.m.Psicol. Adquisición por la práctica de una conducta duradera.
      Entre las dos definiciones podemos apuntar una serie de factores muy importantes a la hora de entender esta pregunta: se aprende tanto de forma teórica como práctica y aprender implica adquirir una conducta duradera.

      Según el artículo “Characterizing the neural mechanisms of skill learning and repetition priming: Evidence from mirror Reading”, cuya muestra consta de dieciséis estudiantes de la Standford community (siete hombres, nueve mujeres), en el cual mediante cinco sesiones de entrenamiento, se evaluó la adquisicón de los y las participantes en la habilidad de “lectura en espejo”. Y aunque se trate de una habilidad principalmente cognitiva ¿Acaso no lo es también la cooperación? Todos los sujetos apreciaron mejoras muy significativas tras las cinco sesiones en las cuales se les proponía ejercicios de lectura de repetición tanto en la capacidad como en el tiempo de respuesta.
      Por tanto, sí, jugar a juegos cooperativos implica aprender a cooperar, aunque habría que considerar otras muchas variables como: la implicación de cada miembro del grupo, la cohesión del mismo, las motivaciones individuales, la capacidad de adoptar roles… Un sinfín de perspectivas que convierten estos temas en poco menos que un fractal.

      Referencias bibliográficas: Russell, A. P. y Poldrack, D. E. (2001). Characterizing the neural mechanisms of skill learning and repetition priming: Evidence from mirror Reading. Brain: A journal of Neurology. Disponible en: http://brain.oxfordjournals.org/content/124/1/67.full .


      ¿Os habéis sentido identificados con alguno de los puntos anteriores?
      Sí, con varios de ellos, pero preferiría enfocar este tema desde la perspectiva de que el entorno en el que se desarrollan las clases no está ni remotamente cerca de lo que es una clase de adolescentes hoy en día; chicas y chicos que no tienen ni las capacidades físicas, cognitivas ni la moralidad que se desarrollan con la madurez y permiten evitar la mayoría de conflictos intragrupales, por lo que siento la necesidad de remarcar que este tipo de actividades en nuestra situación no es para nada inútil, pero es muy deficiente en cuanto a su capacidad de transmisión al ámbito laboral al que se enfoca la asignatura. Siendo esta mi humilde opinión, opino que sería más correcto realizar un ejercicio de reflexión empática, y que se añadiese la pregunta. ¿Cómo crees que se sentiría un alumno de la ESO al realizar estas prácticas? Seguramente llegaríamos a conclusiones muy diferentes.

      Prefiero no extender más mi comentario y permitir así que el resto de mis compañeros saquen sus propias conclusiones.

      Un saludo.
      Alejandro Villegas.

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    12. ¿COOPERACIÓN Y COMPETICIÓN?

      En estas dos sesiones hemos trabajado los juegos cooperativos, los cuales pueden ser definidos del siguiente modo “el aprendizaje cooperativo (AC) es definido como una metodología educativa basada en el trabajo en pequeños grupos, generalmente heterogéneos, en los que los estudiantes trabajan juntos para mejorar su propio aprendizaje y el de los demás miembros de su grupo” (JOHNSON; JOHNSON; HOLUBEC, 1999), tal y como relata Carlos Velázquez en su artículo Aprendizaje cooperativo en educación física, con la colaboración de Antonio Fraile y Victor Manuel López.

      Partiendo de esta premisa, si bien existen muchas otras definiciones de otros autores, sin ir más lejos la de nuestro compañero Quico Peña, parto a centrarme en el tema a tratar sobre lo desarrollado en las dos clases. En estas clases hemos podido ver las ventajas y limitaciones de estos juegos, muy bien mostrados por la profesora en esta entrada, pero mi reflexión de esta semana va más allá de comentar el devenir de las clases y los juegos, pues me adentro en la posibilidad de introducir cooperación y competición/competitividad en un mismo pack.

      Fijándonos simplemente en la entrada, lo que se observa acerca de esta posibilidad es la de competir con otros y no contra otros, por lo que descarto sin dudarlo los deportes/juegos de uno contra uno ya que en ellos no existe cooperación alguna. De este modo llego al tema o cuestión a tratar, ¿los deportes/juegos de equipo en el cual se enfrentan a otro pueden ser cooperativos?

      Para ello, lo primero de todo es saber qué es la competición y la competitividad basándonos en las definiciones que nos proporciona el Diccionario de la Real Academia Española. En primer lugar, competición es “competencia o rivalidad de quienes se disputan una misma cosa o la pretenden”. En segundo lugar, competitividad es la “capacidad de competir” o la “rivalidad para la consecución de un fin”. Gracias a estas definiciones, no queda eliminada la posibilidad de competir en grupos de personas contra otros grupos de personas, por lo que podré seguir adelante con mi indagación.

      Ahora bien, ¿competir con unos compañeros y compañeras es lo mismo que cooperar?

      Basándonos en Blázquez y Hernández Moreno, se puede extraer que la participación de los integrantes puede ser simultánea o alternativa, pero en todos hay o debería haber participación de ambos, así que si hay participación de dos o más personas deberá haber una estrategia a seguir para conseguir unos fines u objetivos. Este planteamiento encaja con el de los juegos cooperativos, por lo cual sigue cabiendo esta posibilidad, pero lo que varía es que el objetivo será obtener una eficiencia mayor a la del rival.

      Además, a estos dos conceptos de comunicación y estrategia, se les pueden unir los del espacio motor y el tiempo motor, los cuales se pueden incluir en el juego cooperativo y, ya por último, los medios técnico-táctico individuales, los medios tácticos colectivos y los sistemas de juego, según Parlebás, que podríamos catalogar ya de aspectos más complejos del juego y enfocados ya a la propia competición.

      Por todo ello, mi opinión es la de que un juego competitivo puede ser, además, cooperativo siempre y cuando se cumplan todas estas consignas. No obstante, todo y ser cooperativo (en mi humilde opinión), el objetivo puede que difiera y que no se pueda lograr la mejora del propio aprendizaje y el de los demás miembros del grupo tal y como afirman los autores descritos en el primer párrafo.

      Por último, me gustaría animar a la gente a que se pueda debatir esta opinión en el blog, para poder sacar conclusiones más enriquecedoras y aprender todos de todos.

      Un saludo.

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    13. Hola a tod@s, tras haber finalizado el bloque temático correspondiente a los juegos cooperativos, quisiera dejar una breve aportación sobre algunos de los aspectos que considero relevantes.

      Tal y como ya han mencionado anteriormente la mayoría de mis compañeros, los juegos cooperativos son aquellos en los que dos o más jugadores interaccionan entre sí para alcanzar un objetivo común, con independencia del tiempo requerido para conseguirlo. Así pues, en este tipo de propuestas, tal y como se nos indicó en clase, no existe la competición, pues el objetivo no es acabar el primero o antes que los demás compañeros. De este modo, el éxito de este tipo de juegos reside en la existencia de una buena comunicación, cooperación y coordinación de todos los compañeros, ya que todos ellos constituyen un elemento fundamental en la búsqueda del objetivo, puesto que si uno falla, el grupo al completo fracasa, al igual que si el equipo gana, todos son partícipes por igual de dicha victoria.

      Haciendo ahora referencia a la cuestión planteada sobre si nos sentimos o no identificados con los puntos expuestos, quisiera destacar que me siento completamente identificada con la mayoría de ellas, principalmente en la última práctica llevada a cabo, ya que dentro de mi equipo primó en todo momento la comunicación entre todos los componentes, llegando a un consenso sobre la forma en la que se iba a llevar a cabo el reto y aportando todo aquello que pudiera beneficiar al equipo como colectividad, ya que ninguno de nosotros realizaba el reto como si de una prueba individual se tratase. Llegados a este punto quisiera hacer referencia a la cuestión planteada acerca de si jugar a juegos cooperativos implica o no aprender a cooperar. Bajo mi punto de vista, no siempre jugar a juegos cooperativos implica aprender a cooperar, ya que para que dicho aprendizaje se produzca, todos los componentes del grupo deben aportar ideas y participar en la tarea de forma conjunta para facilitar la tarea del grupo y alcanzar el objetivo buscado. Relacionándolo un poco con las dos prácticas de juegos cooperativos realizadas en clase, bajo mi punto de vista, en la primera práctica sí que jugamos a juegos cooperativos pero no tuvo porqué producirse un aprendizaje cooperativo, ya que uno de los miembros del grupo podía ejercer de líder y dirigir al resto de compañeros, haciendo que algunos de estos pudieran quedar limitados a ejecutar las acciones marcadas o no intervenir tanto en la actividad como el resto, sin que eso afectara a la consecución del objetivo final de la tarea propuesta. Sin embargo, en la segunda práctica sí que considero que se fomentara el aprendizaje cooperativo a través de estos tipos de juegos, ya que en las propuestas planteadas sí que era necesaria la aportación y participación de todos los miembros del grupo para superar el reto, ya que si uno de éstos fallaba era imposible lograrlo.

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      1. Para finalizar, respondiendo a la última pregunta planteada, quisiera recordar un aspecto mencionado al finalizar la última sesión del Viernes y que considero muy importante tenerlo en cuenta a la hora de plantear este tipo de sesiones. Como futura docente, considero muy importante conocer bien el perfil del alumnado del que disponemos antes de llevar a cabo una práctica de este tipo, ya que , en función de la edad en la que estemos dando clase o el carácter de los alumnos, pueden existir algunos de ellos en los que traten de posicionarse por encima del resto, que busquen ser los mejores del equipo por el simple hecho de destacar, lo que va a llevar a la imposibilidad de alcanzar el objetivo de este tipo de juegos en los que todos deben actuar como un equipo unido. En definitiva, cuando nos planteemos llevar a cabo una sesión de este tipo en un colegio o instituto habrá que hacer especial incidencia sobre el aspecto de que todos y cada uno de los integrantes del equipo constituyen una pieza fundamental para alcanzar el éxito, por lo que va a brillar la excelencia del colectivo y no la individualidad de ninguno de los componentes.
        Escribiendo lo anterior me ha venido a la cabeza un lema que teníamos en mi conjunto de rítmica y que me lleva acompañando desde bien chiquitina y que podría aplicarse de forma perfecta al contexto en el que nos encontramos, y es : “Equipo unido jamás será vencido”. Así pues, ajustándola al juego cooperativo puede reflejar como todo aquel equipo que interaccione entre sí para buscar el bien y el objetivo común será aquel que alcance el éxito de forma segura.

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    15. ¿ Jugar a juegos cooperativos implica aprender a cooperar?

      Los juegos cooperativos pueden servir como herramientas para fomentar la cooperación, sin embargo no creo que siempre los juegos cooperativos impliquen un aprendizaje.

      En mi opinión que se produzca un aprendizaje depende principalmente de la actitud del grupo, si este presenta interés, motivación y coopera se produce un aprendizaje común y por ello se aprende a cooperar. Por el contrario, si el grupo no se muestra con interés por trabajar en grupo, comunicarse, atender y escuchar a los demás no se aprenderá a cooperar, ya que el grupo funcionará de una manera más autocrática, donde uno dará las ideas y los demás sin cuestionarlas las acatarán.

      Así mismo el aprendizaje es un proceso progresivo, que supone que para aprender a cooperar haya que realizar varias sesiones de juegos cooperativos donde el grupo participe.

      Resumiendo, los juegos cooperativos en sí mismos no tienen por que implicar que se aprenda a cooperar, será un resultado de la implicación del grupo en estos juegos los que determinen si se produce o no un aprendizaje.

      En relación a los juegos cooperativos realizados durante la asignatura creo que algunos de ellos eran demasiado sencillos, y no suponían un reto, por lo que no motivaban y por ello no se producía una cooperación, sino que realizábamos la primera idea que se proponía.

      Por ejemplo, en la dinámica en que todo el grupo debía recorrer un circuito de aros, donde solo podía hacer dos apoyos por aro. Yo creo que la cooperación aumentaría si solo se permitiera un apoyo . Esto mismo sucedía en la dinámica en la que había que pasarse un balón desde dos banco con un bote en un aro, creo que si los bancos estuvieran más separados, o el aro fuera más pequeño aumentaría la cooperación del grupo.

      Finalmente resaltar la dinámica de la comba, en la que todos los miembros del grupo debía realizar un salto cada vez que la cuerda tocara el suelo. Para mí, fue la dinámica en la que mejor me lo pase, porque supuso un reto para el grupo, y solo logramos superar la prueba cuando cooperamos.

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    16. En base a lo trabajado en las sesiones anteriores, me gustaría aportar algunas cosas.

      Para comenzar, los juegos Cooperativos obligan a sus participantes a llevar a cabo un proceso por el cual estos trataran de solverntar un problema motor que se les es planteado. Para poder superarlo los integrantes del grupo estaran obligados a cooperar.

      Cooperar: La cooperación fue descrita por Bayer en 1986 como "Coordinación de acciones que exige un sistema de referencia común: principios organizativos a través de los cuales se percibe, comprende y anticipa la acción colectiva"

      Esto nos lleva a la clara evidencia, de que para solventar el problema los participantes deberan utilizar cualquier tipo de comunicación la cual les facilite este proceso de cooperación, utilizando para ello lo que se denomina "Tácticaa grupal"

      Este concepto, fue descrito por el profesor Ramiro Jover Ruiz (Universidad de León) como "Procedimiento puesto en juego por dos o más jugadores, gracias al cual se coordinan sus acciones para resolver una situación de juego concreta".

      Por medio de esta táctica grupal, cada individuo dentro del grupo realizara las acciones motoras pertinentes para superar el reto propuesto, gracias a la ayuda que aporta al grupo cada individuo.

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    17. Abrazo de guerra

      No jugaré a tirar de la guerra
      Mejor jugaré al abrazo de veras,
      Donde todas y todos se abrazan
      En vez de luchar,
      Y por la alfombra ruedan,
      Donde todos se besan,
      Y todos sonríen,
      Y todos se achuchan.
      Y todos y todas ganan

      Shel silverstein

      Poema basado en un juego coordinativo llamado originalmente “tug of war”

      Tras haberme leído el primer tema de libres para cooperar y como bien dice el poema también mencionado en el libro, es mucho más divertido jugar con otros que contra otros. Se dice que con esta forma de jugar recuperamos la antigua forma de ayudar a los niños que descubran la felicidad y a que sean unas personas íntegras. Y cómo bien menciona el libro, antiguamente se utilizaban estos juegos para festejar la vida, como para dar gracias a la vida por la felicidad que nos transmite.
      Aunque no haya podido formar parte de esta práctica, de todas formas si que puedo decir, por propia experiencia en otros juegos, que gracias a los juegos cooperativos somos capaces de superar los desafíos, que tal vez una persona sola no sería capaz de superar. Lo bueno de esto es que cualquiera podría ser capaz de realizar estos juegos, y mientras de juega se APRENDE de manera divertida cómo llegar a ser más considerados unos con otros, más conscientes de cómo sienten las otras personas y más decididos a trabajar en lo mejor para todos.
      Según un estudio que realizaron y mencionaron en el libro, gracias a los juegos cooperativos, satisface el deseo de participar en actividades de tiempo libre divertidas y ajustadas al nivel de destreza personal por el mero placer de divertirse. Estos juegos no sólo te ayudan a ser mejor en un juego, si no, también ser mejor en aspectos fuera de juego que requiere cooperación, trabajo en grupo, socialización, nuevas ideas, creaciones, etc.
      Si ponemos como ejemplo, un trabajo que debemos de realizar para clase, el trabajo se hace de manera mucho más fácil si el grupo se coopera, conocemos así los puntos fuertes de cada componente del grupo, dividiendo tareas y sacando nuevas ideas, se pueden sacar más ideas si somos más personas, ¿no?.

      Para concluir, decir una vez más que un solo juego de cooperación, no sólo nos ayuda a cooperar entre las personas de manera lúdica si no que también desarrollamos la capacidad de crear (creatividad), evitamos la exclusión, evitamos la competición y la agresividad, mejora nuestra capacidad intelectual al estar divirtiéndose uno se siente más motivado a aprender.

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    19. Me gustaría comenzar este entrada, respondiendo a la primera pregunta planteada que dice si los juegos cooperativos implican el aprender a cooperar con los demás. Rotundamente bajo mi punto de vista es una clara afirmación. En todos los juegos en los cuales exista un grupo, un conjunto de chic@s, los cuales deban desarrollar unas acciones con tal de conseguir unos objetivos, veo imprescindible la necesidad de aprender a cooperar entre todos, de que sea necesaria la implicación de todos los integrantes de éste y que gracias a dicha interacción, la tarea pueda desarrollarse de la mejor manera posible.

      También es verdad que, puede darse el caso del aislamiento o no participación de alguna persona en concreto por algún motivo, en cuyo caso debemos de poner los medios para que esto no se produzca y todos participen de una forma u otra.

      En nuestros casos en las clases prácticas en las que se han realizado juegos en los que se perseguía la cooperación entre los integrantes de los grupos, considero que se ha conseguido plenamente ya que en todas las tareas, todos nosotros debíamos de realizar las acciones para conseguir el objetivo común y el cual no podría conseguirse sin la participación y la implicación de cualquiera de nosotros.
      En mi grupo, como en el del resto de mis compañeros creo que hemos potenciado la comunicación, enfrentarnos a situaciones complicadas, todos nos hemos sentido útiles, nos hemos escuchado y sugerido ideas, hemos insistido en lograrlo, incluso cuando intento tras intento no lo conseguíamos, confiado en el resto de compañeros del grupo, nos hemos divertido y como también has comentado tu, nos decepcionábamos cuando no conseguíamos algo, aunque ha primado más la insistencia que la decepción.
      Todos desde el minuto 1 hemos estado implicados en lograr cada una de las tareas, contribuyendo todos y estando todos implicados.
      Desde mi punto de vista creo que se han cumplido todo lo anteriormente mencionado tanto en el post, como en este comentario. Además y muy significativamente todo esto se ha producido sin darme cuenta de todo esto hasta que he leído y comentado este post. En definitiva la práctica ha implicado muchas habilidades de las cuales no me había dado cuenta y me parecen realmente útiles.
      Juan José Torres Sahuco

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    20. Buenos días a tod@s,

      Tras vivenciar en las sesiones prácticas un gran número de juegos cooperativos y una vez leídos bastantes comentarios muy enriquecedores de mis compañeros, me gustaría compartir con vosotros algunas conclusiones que extraigo de todo esto. Al igual que mi compañero Juan José Torres, creo conveniente comenzar dando respuesta a la pregunta planteada acerca de si jugar a juegos cooperativos implica aprender a cooperar. En este tema, mi visión se aleja algo de la suya, ya que yo considero que no siempre se extrae un aprendizaje cooperativo y ya no solo porque se puedan producir casos de exclusión, sino porque en el seno de un mismo grupo en ocasiones ciertos integrantes no enfocan sus acciones hacia la consecución de un fin común, sino que perciben la actividad a realizar como un enfrentamiento con sus propios compañeros por ver quién es el que ofrece la mejor estrategia, el que posee un mayor dominio en el juego propuesto o el que comete menos errores. Así, esta situación no solo se puede producir durante el desarrollo de un juego cooperativo, sino que también se reproduce en el ámbito deportivo, incluso en los conocidos deportes cooperativos (baloncesto, fútbol, balonmano, rugby, etc.). Estoy seguro de que muchos de mis compañeros que practiquen o hayan practicado algún deporte de este tipo habrán compartido vestuario con jugadores orientados a intereses particulares, que no se preocupan tanto por ayudar a su equipo como por destacar por encima del resto: detestan la idea de que sea otro compañero el que haya anotado el mayor número de puntos, no ser quien marque el gol de la victoria en el último minuto o que el público no valore sus propias habilidades por encima de las del resto de miembros del equipo.

      Por tanto, en estos casos a los que me refiero no se produciría un verdadero aprendizaje cooperativo y, aunque ese fuera el objetivo con el que se plantean los juegos en cuestión, no se llegaría al clima del que nos habla nuestra compañera Eva Román de “empatía, ayuda, comunicación, cooperación y no exclusión”. Me gustaría hacer hincapié en una de estas capacidades, concretamente en la empatía, pues considero que cuando esta hace acto de presencia se puede decir que el objetivo se ha cumplido y el interés común por fin ha prevalecido sobre el propio. Al igual que muchos de mis compañeros, soy de los que opinan que en las clases prácticas se han cumplido las metas establecidas y ha triunfado la cooperación, acompañada de este sentimiento de empatía en todo momento. Así, en un juego que podría parecer individual (pues se trataba de una actividad practicada de forma individual en la que había un número reducido de aros dispersos por el espacio y la premisa era permanecer dentro de uno de ellos para cuando la profesora contara veinte segundos), predominó la cooperación: a pesar de que un alumno ya estuviera dentro del aro, hacía hueco a su compañero o buscaba la forma de que todos cupiesen en ese pequeño espacio. De este modo, ya fuera abrazados, a caballito o de puntillas, nadie podía quedarse fuera y creo que esto era debido a que cada cual se ponía en la piel de aquel que había llegado tarde al aro y hacía lo posible para que él también lograra cumplir las premisas del juego. Es llegado este momento cuando se puede afirmar aquello de lo que nos habla nuestra compañera Alba Molina de que “equipo unido jamás será vencido”.

      No obstante, ya hemos visto que no siempre se alcanza dicha situación, por lo que aquellos de nosotros que nos proponemos ejercer en el futuro como educadores tendremos como obligación ser conscientes de las ocasiones en que los objetivos que nos hemos planteado no se están cumpliendo, para así adaptar nuestras propuestas y reorientarlas con el fin de que valores como la cooperación o la comunicación estén siempre presentes.

      Espero que mi humilde aportación os haya servido de ayuda.

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    21. Hola a tod@s,
      Comentar que como vimos en esta sesión los juegos cooperativos nos hacían comunicarnos constantemente con nuestros compañeros de grupo para conseguir finalizar los retos que nos ponía la profesora.
      Las acciones de cada uno son determinantes en el resultado del reto, por lo que tengo que atender a las indicaciones de mis compañeros, ya que son imprescindibles para no fallar; si falla uno fallamos todos.
      En esta sesión observé que cada grupo hacíamos la actividad de una manera diferente al reto, ya que las condiciones y las experiencias de cada uno nos han enseñado a actuar de una manera única, y por lo tanto la coordinación y habilidades de cada uno se suma a la de sus compañeros y, cada grupo realizará la actividad de la manera que encuentre más sencilla.
      Si no sale a la primera se vuelve a intentar, ya que no todo sale a la primera. Si no sale lo que ha propuesto un compañero, se piensa en otra posible solución.
      Como bien se dice en la introducción, este tipo de juegos permite el desarrollo de habilidades sociales, como la comunicación, el diálogo, las propuestas de posibles soluciones; también se desarrollan las habilidades motrices, y por lo tanto cognitivas.
      Estos juegos también han servido para conocer mejor a algunos compañeros con los que igual no se tiene tanta relación, por ejemplo, en el juego en el que debíamos ordenarnos por edad.

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